domingo, 23 de diciembre de 2007

Prohibido Cazar




Después de los incendios forestales que afectaron a gran parte de la Región del Bío-Bío el año 1999, los cuales provocaron una verdadera catástrofe ecológica de alcance regional, la autoridad decretó la prohibición por 20 años de cazar en una enorme área de aproximadamente 434.250 hectáreas. Esto es, todo el territorio ubicado entre el Río Itata por el Norte, Laja y Bío-Bío por el Sur, borde costero por el Poniente y ruta 5 Sur por el Oriente.

En esta extensa área se encuentra una gran variedad de ecosistemas que incluye los humedales costeros y diversas formaciones de bosque nativo como el Fundo Nonguén.

Y ¿cuál es la mala noticia? (porque esa parte nunca falla)

La mala es que nadie fiscaliza y nosotros escuchamos cada noche los disparos en el Humedal Paicaví. También hemos encontrado coipos muertos como el de la foto tomada por Remigio Garrido en diciembre 2007.

Juan Sin Agua

sábado, 15 de diciembre de 2007

El Dueño del Tesoro


Este pajarito que juega a las escondidas entre los juncos, es un chirihue o chirigüe si prefieren, él, con su pareja, contruyeron el nido que consideramos un tesoro. Esta foto fue tomada el 29 de noviembre por Remigio Garrido en el humedal Paicaví. Esperamos que estos huevos alcancen a convertirse en avecitas capaces de volar antes que una tonelada de tierra cubra y destruya este tesoro.
El chirigüe es un ave endémica de Chile, es decir, esta especie existe solo en nuestro país, a veces se la confunde con el jilgero.
Juan Sin Agua

domingo, 9 de diciembre de 2007

En el Humedal Paicaví hay un tesoro



Cuando Radio Lorenzo Arenas comenzó a trabajar con los niños de las Escuelas de Lorenzo Arenas y Laguna Redonda sabíamos muy poco del tema de los humedales, pero algo sabíamos de transmitir una idea y darle un poco de color con frases que pudieran pegarse al oído de nuestros auditores.

Una foto del humedal, con un arco iris que caía en él, nos sugirió la frase “En el humedal Paicaví hay un tesoro”, recordando la historia de la marmita con oro que hay al pié del arco iris. Nos gustó la frase y la usamos en nuestro afiche y en unas cuñas radiales.

Ahora veo otra foto, esta vez se trata de un nido tejido con juncos del pajonal donde hay cuatro huevos de color azulino claro con manchas rojizas y entiendo que a veces esas frases pegajosas de naturaleza casi publicitaria, pueden contener una gran verdad. En esa foto, tomada por Remigio Garrido el 4 de diciembre de 2007, está uno de los tesoros de nuestro humedal.

Juan Sin Agua

martes, 4 de diciembre de 2007

RUN-RUN


Especie en peligro de extinción

Protegida por SAG

¿Estará bien protegida si desaparece su habitat?

¿Estará bien protegida si rellenan el Humedal Paicaví?

Esta foto de un ejemplar macho fue tomada en el Humedal Paicaví el 29 de noviembre de 2007 por Remigio Garrido, mientras se rellena a toda máquina.

Descripción del macho: Largo 16 cms. Todo el plumaje negro. Primarias blancas con punta y base negras. Patas negras. Pico amarillo. Ojo negro con anillo periocular amarillo.

Especie con gran dimorfismo sexual. Muy raro encontrarlo en zonas secas, ya que su hábitat es en donde haya agua, como humedales, ciénagas, bordes con vegetación en lagos, lagunas y tranques, canales de riego, etc. Suelen aparecer al llegar la primavera para migrar a países vecinos en otoño.

Su alimento consiste en insectos que caza al vuelo o en tierra. Acostumbra elevarse verticalmente para luego bajar al mismo sitio en donde estaba.

Suele vérsele en parejas, anidando entre totorales o cardos que bordean las vegas, humedales, etc. Construyen un nido con pasto seco y juncos, forrado con lana o plumas, muy bien escondido; colocando 3 huevos, o rara vez 2, de un color blanco cremoso con pequeñas manchas rojizas a café casi negro. Dimensiones 23 x 17 mm.

Descripción de la hembra: Largo 16 cms. Por encima café oscuro, con plumas centrales negras y ribete canela. Pecho y abdomen café claro con estrías longitudinales negras en el pecho. Alas con primarias canela rojizo y punta negra; y cobertoras negras con punta canela. Cola negra con ribete canela en la parte externa de la rectriz lateral. Pico amarillo.

Distribución en Chile: Coquimbo a Puerto Montt. Más al sur en zonas esporádicas hacia la vertiente oriental de Los Andes.

Hábitat: Totorales, vegas, bordes de lagunas y ríos; hasta 1.200 m.s.n.m.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Queltehues observan la obra de los hombres


Este trío de queltehues o treiles observa con incredu- lidad y asombro su humedal -el Humedal Paicaví- desde un montículo de tierra arrojado recientemente por un camión tolva de los muchos que rellenan aceleradamente todo este lugar que está lleno de vida.

- Y para colmo no hay ni una lombriz en todo este montón de tierra, mejor nos vamos- dijo el líder mientras emprendía el vuelo seguido por sus compinches. Luego los tres se pusieron a gritar en forma estridente “¡traigan agua! ¡traigan agua! ¡traigan agua!”. Yo no lo entendí muy claro, pero una vieja tradición dice que dicen así, quizás me este fallando el oído o quizás lo dijeron en mapudungún y por eso no fui capaz de entender bien su grito, pero seguro que decían así.

En todo caso, esta es una especie fuerte y valiente, le hará frente a lo que venga y va a sobrevivir. Si no les queda otro camino, se lanzarán como kamikazes contra nosotros, tal como lo hacen contra cualquier felino que ataca su nido.

Juan Sin Agua

viernes, 16 de noviembre de 2007

MI PRIMER POEMA




Ahora voy a contarles alguna historia de pájaros. En el lago Budi perseguían a los cisnes con ferocidad. Se acercaban a ellos sigilosamente en los botes y luego rápido, rápido remaban… Los cisnes, como los albatros, emprenden difícilmente el vuelo, deben correr patinando sobre el agua. Levantan con dificultad sus grandes alas. Los alcanzaban y a garrotazos terminaban con ellos.

Me trajeron un cisne medio muerto. Era una de esas maravillosas aves que no he vuelto a ver en el mundo, el cisne de cuello negro. Una nave de nieve con el esbelto cuello como metido en una estrecha media de seda negra. El pico anaranjado y los ojos rojos.

Esto fue cerca del mar, en Puerto Saavedra, Imperial del Sur.

Me lo entregaron casi muerto. Bañé sus heridas y le empujé pedacitos de pan y de pescado a la garganta. Todo lo devolvía. Sin embargo, fue reponiéndose de sus lastimaduras, comenzó a comprender que yo era su amigo. Y yo comencé a comprender que la nostalgia lo mataba. Entonces, cargando el pesado pájaro en mis brazos por las calles, lo llevaba al río. Él nadaba un poco, cerca de mí. Yo quería que pescara y le indicaba las piedrecitas del fondo, las arenas por donde se deslizaban los plateados peces del sur. Pero él miraba con ojos tristes la distancia.

Así cada día, por más de veinte, lo llevé al río y lo traje a mi casa. El cisne era casi tan grande como yo. Una tarde estuvo más ensimismado, nadó cerca de mí, pero no se distrajo con las musarañas con que yo quería enseñarle de nuevo a pescar. Se estuvo muy quieto y lo tomé de nuevo en brazos para llevármelo a casa. Entonces, cuando lo tenía a la altura de mi pecho, sentí que se desenrollaba una cinta, algo como un brazo negro me rozaba la cara. Era su largo y ondulante cuello que caía. Así aprendí que los cisnes no cantan cuando mueren.

Pablo Neruda

La foto de los 4 cisnes de cuello negro volando no es del Lago Budi como podría pensarse, fue tomada en el humedal Paicaví por Remigio Garrido el 29 de noviembre de 2007.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

VIVA EL REY


Un pájaro casi azul, en todo caso de un tornasol oscuro, con patas rojas y un pico de tamaño considerable salió con cierta timidez de entre las ramas del pajonal. Yo estaba quieto y silencioso. Apunté y disparé mi cámara. El siguió caminado con indiferencia. Por eso se me ocurrió interpelarlo con cierta dureza.

- Pidén – le dije, ya que el mencionado pájaro era un pidén – ¿porqué andas por ahí sin hacer nada cuando están rellenando tu humedal? ¡Mira! están arrojando toneladas de arena sobre tu propia casa y tu no haces nada.

El pidén se puso a comer unas algas sabrosas como para desmentir mi acusación de que no estaba haciendo nada.

- Sí ya veo que estás comiendo, pero me refiero a que no haces nada por salvar tu casa, por salvarte tu mismo. Me da rabia verte tan resignado.

Mis acusaciones debieron parecerle impertinentes, porque después de pensar un momento me respondió: “Viva el Rey”. Esa fue toda su respuesta, yo quedé esperando algo más, pero eso fue todo.

Su respuesta, bastante críptica, parecía invitar a una discusión más profunda. Así que intenté rebatirle con un verso – Chile, “No ha sido por rey jamás regido ni a extranjero dominio sometido”.

El pidén insistió con su ¡Viva el Rey!, pero esta vez, me sonó muy irónico.

-Bueno – le dije – reclámale a Ercilla si no estás de acuerdo. Pero no nos salgamos del tema pronto estarás con la arena al cuello y será demasiado tarde. Ya no habrá algas ni guarisapos a quienes tirarles un picotazo.

- ¡Viva el Rey! – gritó con fuerza el pidén. Me miró directo a los ojos y repitió – ¡Viva el Rey!

Desde el pajonal surgieron mil voces que repitieron con él: ¡Viva el Rey!, ¡Viva el Rey!, ¡Viva el Rey!

Juan Sin Agua